Resumen de la Aparición y sus Mensajes
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La Hermana María Pierina di Micheli fue una monja santa que murió en 1945. Fue privilegiada con muchas visiones de la Virgen María y del propio Señor Jesús para expandir la devoción al Sagrado Rostro de Jesús, en reparación de los muchos insultos que Jesús sufrió en Su Pasión y sufre todavía en los días de hoy.
Ella recibió una medalla, que de un lado, tenía una réplica del Santo Sudario de Turín y la inscripión: “Illumina, Domine, vultum Tuum super nos” (Salmo 66: “Señor, que la luz de Tu Rostro brille sobre nosotros”). En el reverso, una hostia brillante con las palabras: “Mane nobiscum, Domine”. (“Quédate con nosotros, Señor”).
Después de grandes dificultades, obtuvo permiso para cuñar la medalla. Hasta la cantidad de dinero para mandar hacer las medallas fue un milagro. María Pierina encontró en su mesa un sobre con una cantidad exacta de 11.200 libras, dinero necesario para cuñar las primeras medallas.
El demonio se mostró disgustado y rabioso al ver las medallas listas. Este infernal enemigo echó las medallas y las quemó, hasta que golpeó bastante a la Hermana Pierina. Pero el esfuerzo del demonio fue todo en vano, pues las medallas siguieron su destino: ¡Los pecadores necesitados del Sagrado Rostro de Jesús!.
En 1940, durante la Segunda Guerra Mundial, el mundo estaba en turbulencia. En este periodo en Italia, se vio una amplia distribución de esta Medalla. Parientes y amigos de los combatientes enviaron a los soldados, marineros y aviadores estas Medallas.
Desde entonces, la Medalla se tornó famosa por sus milagros y grandes favores espirituales y temporales. “Mi corazón de ti me habla diciendo: Procura ver su faz. Es tu rostro Señor, lo que yo busco, no me escondas tu cara” (Salmo 27:8-9).Esta invocación está unida de forma maravillosa en la vida de la Beata María Pierina di Micheli.
En la edad de 12 años, estando en la Iglesia de San Pedro en Milán, Italia, en un Viernes, ella escuchó una voz clara que le dijo: “¿Nadie me da un beso de amor en Mi Rostro, para reparar el beso de Judas?”. A los 24 años entró en la Compañía de las hijas de la Inmaculada Concepción de Buenos Aires que se había terminado de fundar en Milán. Su Nombre de Pila era Giuseppina (Josefina), adquirió el nombre de Hermana Pierina.
Mensajes de Jesús a la Hermana María Pierina
“Puede ser que algunas almas duden, que la devoción y el culto a Mi Rostro venga a disminuir a la de Mi Corazón. Diles, que al contrario, será completada y aumentada. Contemplando Mi Rostro, las almas participarán de Mis dolores y sentirán la necesidad de amar y reparar. ¿Pues, no es ésta la verdadera devoción a Mi Corazón?”.
“Cada vez que se contemple Mi Rostro, derramaré Mi Amor en los corazones”.
Mensaje de Jesús en las Apariciones de Jacareí-Brasil comunicada al Vidente Marcos Tadeu el 21-02-2012
“…En Mi Sagrado Rostro, encontrarán toda la fortaleza que sus almas necesitan para que resistan en estos tiempos malos, de la gran apostasía, de la gran tribulación, al pecado, al naufragio general, en la falta de fe donde la mayoría de la humanidad ahora se hunde. En Mi Sagrado Rostro ustedes encontrarán todo el aliento en sus sufrimientos y en sus cruces. En Mi Sagrado Rostro encontrarán toda la fuerza y generosidad para amar, encontrarán toda la esperanza y toda la firmeza, toda constancia para perseverar hasta el final, hasta que lleguen a Mípara que reciban la corona de la vida eterna.
En Mi Sagrado Rostro encontrarán todo el bien de ustedes, toda la alegría y toda paz. Vengan a Mí, pues venir a Mi Sagrado Rostro es venir a Mi Sagrado Corazón. Vengan a Mi Rostro y Yo les meteré dentro de Mi Sagrado Corazón y de allí no les dejaré salir más...”
CORONILLA DEL SAGRADO ROSTRO
La Coronilla del Sagrado Rostro fue enseñado por Nuestro Señor Jesús a la Hermana María Pierina di Micheli en 1945, a la privilegiada “Mensajera del Sagrado Rostro de los Últimos Tiempos”. A ella, Nuestro Señor Jesús y la Virgen María le pidieron la invocación constante del Sagrado Rostro de Jesús, a través de la jaculatoria: “¡Señor, muéstranos tu Rostro, y nosotros seremos salvos!”.
Oraciones Iniciales
Padre Nuestro…
Ave María…
Gloria…
En las cuentas grandes:
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio por los siglos de los siglos. Amén.
En las cuentas pequeñas:
“¡Señor, muéstranos tu Rostro, y nosotros seremos salvos!”.
En las 3 últimas cuentas:
Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio por los siglos de los siglos. Amén.
Hermana María Pierina di Micheli
(1890-1945)
